Caminar no es suficiente
Hacer ejercicio para gozar de una buena salud y mantenernos lejos de las enfermedades ya no es ningún misterio. Lo recomiendan los médicos, los profesionales de la actividad física, los diarios, las revistas y comerciales de televisión. Quizás usted después de leer reiterados artículos que afirman que el ejercicio físico es salud, empezó a caminar todos los días, juega con sus hijos o realiza sus labores de casa enérgicamente para sentir que se está moviendo un poco más. Tal vez el médico le dijo que añada actividad física para acompañar el tratamiento y hasta se compró una bicicleta fija para pedalear mientras mira televisión. Salir del sedentarismo es un paso muy grande y está muy bien añadir movimiento a su rutina diaria, pero no hay que perder de vista algo fundamental. Para que el ejercicio físico tenga efectos positivos en el organismo y pueda por ejemplo, reducir el colesterol o el porcentaje de grasa; aumentar la fuerza muscular o la resistencia aeróbica y así mejorar la salud del corazón, es de suma importancia adecuar la intensidad y el volumen de trabajo a los efectos que queremos conseguir. Cada persona posee un ‘’umbral’’ de intensidad por debajo del cual el estrés físico no aporta ningún efecto significativo. Así también hay un límite de tolerancia que si sobrepasamos, los efectos son perjudiciales por ser excesivos. Un estudio basado en 80 mil mujeres, demostró que caminar a menos cuatro kilómetros por hora produce el mismo beneficio que quedarse sentado en una silla. Si quiere gozar de los beneficios del ejercicio físico, consulte con un profesional que adecúe el trabajo a sus capacidades individuales y a los propósitos que quiere lograr.
Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
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