viernes, 8 de agosto de 2014

La ciencia del ejercicio

Los avances en la investigación en la biología molecular han permitido explorar de forma precisa, la estrecha e indiscutible relación entre actividad física y salud. Hasta hace unas décadas, los efectos del ejercicio se estudiaban a un nivel general, analizando los beneficios en macro-parámetros como la función del corazón, la tensión arterial, el metabolismo, etc., pero no se conocían con detalle, los mecanismos que hacían esto posible.
Hoy en día, el campo de la fisiología del ejercicio estudia los mecanismos moleculares que se ponen en marcha cada vez que realizamos actividad física. Así es que se ha descubierto que el músculo esquelético se comporta como un órgano endócrino, es decir, que libera sustancias que actúan de forma similar a las hormonas.
Hasta ahora, se han descubierto alrededor de 8 sustancias, llamadas miokinas que se liberan en el músculo durante la contracción voluntaria. De esta forma han podido explicar con más detalle cómo es que el ejercicio físico previene, por ejemplo, la diabetes. Una de las miokinas más estudiadas, la interleukina-6, ha demostrado efectos positivos en la acción de la insulina, mejorando de esta forma los niveles de glucemia, así como el uso de las grasas por parte del músculo. Otras han reportado beneficios en la salud cardiovascular y el sistema nervioso. Lo interesante es que estas miokinas, se expresan sobremanera en personas activas, mientras que en las sedentarias, se encuentran disminuidas, reforzando de forma contundente, la bien conocida relación entre sedentarismo y enfermedad. Si bien ya se ha puesto en marcha, la búsqueda de fármacos que estimulen la liberación de estas miokinas, resulta imprescindible apostar por el ejercicio físico, que continúa reportando sus bondades a niveles extraordinarios.

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

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