El lunes es el día más odiado y también el más calumniado. “Desde el lunes me porto bien”, “se lo entrego el lunes”, “el lunes llego temprano”.
Tantas mentiras alrededor de este día, pero la más común es: “el lunes empiezo mi dieta”. No tengo nada en contra de empezar una dieta pero me pregunto ¿sabrán cómo hacerlo? En la desesperación por deshacerse de esos kilos demás acuden a soluciones fantásticas que terminan siendo un maravilloso fracaso. No se puede tomar a la ligera un asunto tan importante como la alimentación, los hábitos, el modo de vida, son los aspectos que hay que cambiar. No se puede hablar de dieta sin actividad física. Son aliados que no se pueden desprender. Desconfíe de cualquier solución que no implique hacer ejercicios o que le asegure que con sólo cinco minutos de movimiento es suficiente. Tampoco se trata de hacer grandes sacrificios pues de nada sirve sufrir unos días.
Tampoco se meta con dietas que cambian totalmente su alimentación que incluyen productos caros o difíciles de conseguir. Usted bien sabe lo que engorda. Disminuya las frituras, el azúcar, las grasas y todo el vendaval de calorías que suele ingerir. Y si su estómago sufre por exceso de espacio, llénelo con frutas y verduras. También con agua. La clave está en huir de los fanatismos y los cambios radicales. No olvide que sus kilos los ganó de a poco y uno por uno tienen que irse. Últimamente han surgido fanáticos de la comida pero que siguen quejándose de sobrepeso o achaques en la salud. Alimentarse bien sin moverse no es garantía de una buena silueta. Cuando hacemos ejercicio usamos la energía proveniente de la comida, sin importar que sea una pizza o un pollo hervido. Es importante comer sano, pero lo ideal es lograr una vida sana con ejercicios.
Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
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