Dietas: pare de sufrir

Cuando hablamos de dieta, pensamos en un régimen durísimo y sacrificado en el que nos privamos de todas las cosas que nos gustan y nos sometemos a medidas drásticas que nos llevan a la desesperación y el mal humor. Ese es el modelo que nos han vendido en las revistas, páginas de Internet o algún amigo que nos recomienda ‘’la dieta de tal’’.

Tendemos a asociar la dieta con bajar de peso, entonces se convierte en una especie de palabra de terror. Lo que debemos saber es que la dieta es una pauta de alimentación. Los griegos lo traducen como un ‘’régimen de vida’’. Si es así, entonces todos tenemos una dieta: lo que comemos a diario, las cantidades y proporciones, los horarios y la frecuencia de las comidas. Si usted desea cambiar su régimen de vida y empezar a alimentarse mejor, deberá tener en cuenta algunos puntos importantes.

Su alimentación deberá proporcionar todos los nutrientes esenciales. Sea cuidadoso al elegir, no coma ‘’por comer’’. Busque calidad en sus comidas. En cuanto a la cantidad, algunas tablas indican las calorías según la edad, peso y estatura, pero esos son parámetros muy generales. Tenga en cuenta además, el nivel de actividad que realiza. Si usted no lleva una vida muy activa, le recomiendo –además de ejercicio físico– que no coma más de lo que su cuerpo necesita. Usted puede suplir 1.500 calorías diarias con 1 kg de helado, pero no está respetando ni la calidad ni el equilibrio. Una dieta armoniosa es aquella que respeta las proporciones recomendadas de carbohidratos, proteínas y grasas. Por último, su alimentación debe adecuarse a su ritmo de vida, cultura, gustos, hábitos, etc. Si usted se alimenta sin descuidar ninguno de estos principios, no será necesario recurrir al sufrimiento de ningún método raro y, lo que es quizás mejor, no tendrá que empezar "la dieta". 

Artículo publicado en el Diario EL SOL

Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.