viernes, 5 de octubre de 2012

¿Qué gusto tiene el sudor?


Cuando hablamos de deporte y ejercicio rápidamente lo asociamos con bienestar. ‘’El deporte es salud’’.  De igual manera, tendemos a tomar por saludable el vendaval de productos que el mercado deportivo nos ofrece: suplementos, tecnología, indumentaria, bebidas energéticas, etc. Sin embargo, es necesario mucho cuidado para no ser engañado por la propaganda y la fama de brebajes mágicos que nos meten todos los días a través de imágenes que reflejan éxito y altísimos rendimientos.
Cuando hacemos ejercicio perdemos por el sudor un 99% de agua y un 1% de electrolitos, como el sodio, calcio, potasio y otros. Una pérdida excesiva de líquido significa -además del riesgo de deshidratación- una disminución del rendimiento en la actividad que estamos realizando, por lo tanto, es fundamental hidratarnos antes, durante y después del ejercicio.
Las bebidas energéticas prometen reponer las pérdidas e hidratarnos mejor que el agua. Sin embargo, estos refrescos son una bomba de azúcar. Una botella del más famoso de los “hidratantes” de 240 ml contiene  14 gramos de azúcar, que equivalen a 4 cucharadas soperas, un poco menos que las gaseosas. La popularidad que tienen entre los niños y jóvenes implica un riesgo, ya que su consumo excesivo podría causar los mismos problemas de sobrepeso que cualquier comida chatarra.
Esto no quiere decir que las bebidas deportivas no funcionen. De hecho, lo hacen, pero su uso se justifica en grandes atletas que realizan esfuerzos de larga duración y de altísima intensidad.
Para la población general, que realiza ejercicios esporádicamente y de baja intensidad, el agua es más que suficiente.
El razonamiento es sencillo: transpiramos agua, no Gatorade. 

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. 

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