viernes, 23 de noviembre de 2012

Barriga llena


Saber cómo alimentarnos antes, durante y después de hacer ejercicio es fundamental. Se dicen muchas cosas, sobre todo la información difundida en revistas y páginas de Internet. La mayoría son datos no muy bien fundamentados, pero como es un tema del que pocos tienen conocimiento, es fácil caer en alguno de los tantos mitos del deporte, las dietas y el ejercicio. Para no dejarse engañar, es importante –como ya lo he dicho antes– que conozcamos nuestro cuerpo. Muchas veces escuchamos que para hacer ejercicio bien temprano, no debemos irnos con la panza vacía. Algo de verdad tiene eso, pero analicemos la situación. Cuando usted hace ejercicio, sus músculos van a necesitar un poco de sangre extra que lleve el "combustible" necesario para su actividad. Para ello, la sangre que normalmente trabaja en el proceso de digestión, hará una pausa para suplir las necesidades de los músculos. Es una especie de colaboración entre los sistemas del organismo. Entonces, si usted se preparó un súper desayuno al estilo americano, pensando que le aportaría más energía, se equivoca. Su organismo tendrá que optar por la digestión o por el ejercicio y uno de ellos será interrumpido. Por otra parte, si usted va a realizar una actividad de mucha intensidad y de alto requerimiento energético, como en el caso de deportistas que entrenan muchas horas, entonces sí es adecuado un buen desayuno, pero no justo antes de empezar con la actividad. Hay que darle tiempo al cuerpo para que pueda hacer la digestión y así poder aprovechar mejor la energía. Si usted quiere salir bien temprano a caminar porque necesita bajar de peso, hágalo. Su cuerpo tiene mucha energía de reserva en los depósitos de grasa, pero no descuide la hidratación en ningún momento y al finalizar reponga la energía con un desayuno saludable.

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia

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