viernes, 4 de enero de 2013

Maratón de fin de año


Se atrevería a correr una maratón de 40 kilómetros sin preparación previa? Lo más probable es que no se anime ni siquiera a intentarlo. Sin embargo, la mayoría de nosotros tiene el coraje de participar en la maratón de las fiestas de fin de año, para la que tampoco estamos preparados. En esta época del año se produce la mayor cantidad de infartos y eventos cardiovasculares y es porque comemos y tomamos como si fuera cierto el anuncio del fin del mundo. Nos “achetamos” con las comidas más cargadas de grasas y dulce, sin medir las cantidades. No nos damos cuenta que muy pocos estamos preparados para semejante golpe calórico y las terribles mezcolanzas que hacemos. Lo más probable es que durante el año hayamos tenido una vida muy poco activa, sin muchos cuidados en nuestra alimentación. Sumado a todo esto, tenemos la "valentía" de exponernos a grandes riesgos en solo dos noches y en algunos casos, una seguidilla de comilonas.
El consumo de alcohol, además de tener más calorías que la carne y los carbohidratos, produce un aumento de la presión arterial, una de las principales causas de infarto y problemas coronarios. Los resultantes del metabolismo del alcohol se utilizan principalmente para la síntesis de ácidos grasos y colesterol. Es por ello que ya no nos sorprende si empezamos el nuevo año con unos cuantos kilos demás y niveles altísimos de colesterol y ácido úrico.  Si se atreve a correr esta maratón, no olvide las consecuencias que puede enfrentar y recuerde, en una carrera pedestre hay muchos kilómetros para detenerse. En una comilona es difícil notar la meta y cuando llegamos no precisamente hay un podio. Cuidado que haya una camilla.

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. 

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