
Que levante la mano el que no se sienta "estresado". Si no lo sabe, pregúntele a su cuerpo y notará que los dolores, las molestias, contracturas y tensiones son producto de eso que usted llama "estrés". Antes de arrojar la primera piedra, lo invito a reflexionar y tomar conciencia sobre el verdadero estado de su cuerpo. Relajar los músculos no es algo que se logre de la noche a la mañana. Hay una serie de posturas viciosas que hemos adoptado durante años sin darnos cuenta y no hace falta ser viejos para empezar a sufrir las consecuencias.
¿Se ha dado cuenta de la tensión en su cuello o en los músculos de la cara? ¿Se ha puesto a pensar por qué le duele su espalda al agacharse? Si usted no levanta grandes pesos, que es lo más probable, seguramente esos dolores se deben a una mala postura al sentarse o a la maña de caminar encorvado. Todo eso genera tanta tensión en sus músculos que luego resulta imposible relajarlos o estirarlos.
Por eso es importante, que chicos y grandes, oficinistas y obreros, dediquen unos minutos al día para relajar el cuerpo, sobre todo los músculos que tienden a estar tensionados: el cuello, la cara, la lengua, la zona posterior de los muslos, los hombros y la espalda baja. Un ejercicio sencillo consiste en acostarse boca arriba y hacer un recorrido mental por todo el cuerpo, dedicándole a los músculos principales unos segundos para mantenerlos contraídos y luego relajarlos. Lo importante es que usted vaya tomando consciencia de qué es lo que más lo tensiona y lo recuerde para aplicar la relajación en el punto correcto. Los estiramientos también son muy importantes.
Realizarlos antes de empezar el día o al acostarse es muy efectivo.
Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
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