Las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte en el mundo, pero entre todas ellas, la aterosclerosis representa el 70%. En pocas palabras, la aterosclerosis es la formación de placas de grasa y colesterol en las paredes de las arterias. Esta pared es una membrana llamada endotelio, considerado un órgano porque cumple funciones importantísimas en la circulación, sobre todo en el control de la presión arterial. Pero el endotelio -como todo órgano de nuestro organismo-, puede dañarse y dejar de funcionar correctamente. El consumo excesivo de grasas y azúcar, el cigarrillo y el sedentarismo inciden directamente en la formación de placas. Las placas de ateroma pueden aparecer a edades tempranas, pero no nos damos cuenta. Estas placas se van endureciendo y obstruyen el flujo sanguíneo hasta que la arteria se rompe. El gran peligro es que las placas se forman silenciosamente, ya que no presentan síntomas hasta que un 70% de la arteria está obstruida. Probablemente todos tenemos placas, pero muy pequeñas, depende de nuestros hábitos; pero como más vale prevenir que lamentar, es necesario tomar algunas medidas para que nada nos tome por sorpresa. Además de cambiar ciertos hábitos, es sorprendente saber que el ejercicio físico incide directamente en los factores de riesgo mencionados. Hacer ejercicio disminuye el azúcar en sangre, por lo tanto, protegemos al endotelio. Por otro lado, disminuye considerablemente el colesterol malo y aumenta los niveles del colesterol bueno. Si estas condiciones se dan, nuestras arterias se mantienen libres y el endotelio funciona correctamente, evitando problemas de presión, infartos, y otras cardiopatías. La aterosclerosis no es irreversible. Podemos combatirla pero sobre todo evitarla si comprendemos que el ejercicio no es un "hobbie" de algunos; es fundamental en la vida de todos.
Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
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