jueves, 18 de julio de 2013

Las fases del calentamiento

Siempre hemos escuchado que antes de hacer ejercicio o practicar un deporte es importante que "calentemos". A muchos les resulta tedioso o aburrido porque generalmente la entrada en calor consiste en dar unas vueltitas a la cancha o hacer unos minutos en la caminadora del gimnasio. Sin embargo, el calentamiento previo va mucho más allá del aumento de la temperatura corporal. Cada vez que hacemos ejercicio, sometemos a nuestro cuerpo a un conjunto de estímulos que causan estrés en el organismo. Cuando rompemos con el estado de reposo, nuestros músculos empiezan a demandar más energía, más oxígeno y por lo tanto más sangre. Para ello el cuerpo tendrá que adaptarse a esas demandas y responder de alguna manera. Pero si el cambio es muy brusco el organismo puede que no se adapte de la mejor manera y esto provoque fatiga y tengamos que parar. La entrada en calor tiene la importante función de estimular nuestro sistema nervioso, que por medio de la adrenalina que funciona como "mensajera" avisa al corazón que tiene que bombear más rápido. Se activa también una "bomba selectiva" que hace que la sangre vaya en mayor cantidad a los músculos que se están moviendo más. De esta manera el cuerpo se va preparando para la posterior actividad y el estímulo no llega de manera tan brusca. El calentamiento consta básicamente de  tres fases. Estiramientos de los grandes grupos musculares y movimientos articulares. La segunda tiene que ver con la activación del sistema cardiovascular por medio de trote o desplazamientos variados. Y, por último, movimientos o gestos específicos que vayamos a poner en práctica posteriormente, ya sea un deporte o ejercicios de gimnasia. Un buen calentamiento debe durar entre 10-15 minutos. Esto contribuye a una mejor adaptación al ejercicio además de prevenir lesiones.

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

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