Los entrenadores deportivos dedican gran parte de su atención al gasto de energía de sus alumnos, dejándolos casi a la deriva en algo fundamental: la reposición de esa energía. A nadie se le ocurriría emprender un viaje en auto sin cargar el tanque de combustible. Lo mismo sucede con el cuerpo; sin embargo, la nutrición deportiva ha sido descuidada. Durante cualquier actividad física sometemos a nuestros músculos a esfuerzos que implican un gasto de energía, la cual debe reponerse luego de finalizada la práctica, de otra forma sería imposible entrenar al día siguiente. Esta reposición debe ser específica y en un tiempo delimitado. Usted no le pondría querosén en lugar de gasolina al tanque de su auto y tampoco esperaría a detenerse para recién buscar una estación de servicio. Hay un momento oportuno para hacerlo. En la nutrición deportiva el concepto de "ventana nutritiva" refiere al límite de tiempo en el que los músculos están altamente receptivos a reponer los carbohidratos y proteínas utilizadas durante el esfuerzo. El tiempo óptimo se encuentra en las dos horas postejercicio, pero con un pico máximo en los primeros 15 minutos. Pasado ese tiempo la ventana se cierra y, por más que se ingieran alimentos, estos no son aprovechados y la reposición tarda mucho más. Los alimentos indicados son las proteínas de rápida absorción en forma de batidos proteicos y por otro lado, carbohidratos de alta carga glucémica. El secreto está en conocer el tiempo en que tardan los alimentos en ser digeridos. Un podría creer que comerse un bife al salir de entrenar repondrá proteínas. Sin embargo, las carnes tardan hasta ocho horas en ser digeridas. Para ese entonces, las puertas y ventanas ya se cerraron.
Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
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