
La mayoría de las veces las personas asocian el ejercicio con los efectos que éste tiene
solamente en el área estética, desconsiderando los enormes beneficios de la actividad física
para la salud. Algunos de los efectos que tiene el ejercicio es el aumento de la resistencia del corazón
a los esfuerzos, el fortalecimiento de los músculos y articulaciones para poder realizar las actividades diarias sin exceso de fatiga y el mantenimiento del peso corporal dentro de rangos normales.
Es por ello que personas de todas las edades y contextura física pueden beneficiarse con una rutina que apunte a alcanzar dichos objetivos.
¿Cuáles son los ejercicios que ayudan a prevenir enfermedades?
La mayor cantidad de muertes en el mundo son a causa de las enfermedades crónicas, asociadas principalmente
a los hábitos de la vida moderna como la mala alimentación y el sedentarismo. Las enfermedades cardíacas, la diabetes y la obesidad son producto de alteraciones en el organismo que pueden prevenirse o ser corregidas mediante un plan de ejercicios adaptado a cada patología. Quienes quieran prevenir enfermedades de este tipo no deberán perder de vista entrenar la resistencia aeróbica y la fuerza muscular, capacidades que tienen directa relación con nuestra salud cardiovascular, hormonal y metabólica. La OMS recomienda al menos 3 sesiones a la semana de 30 a 45 minutos para mejorar la resistencia y, por otro lado, 2 sesiones de mínimo 30 minutos para fortalecer los principales grupos musculares.
¿Cómo debe ser el entrenamiento para que los ejercicios sean seguros y efectivos en todas las edades?
Para que el ejercicio sea efectivo y seguro, tanto el profesor a cargo como el alumno, deberán cumplir los principios del entrenamiento, pilares sobre los cuales debe basarse cualquier rutina de ejercicios.
Uno de ellos es la especificidad, esto quiere decir que nuestro cuerpo responde de manera específica al entrenamiento que realizamos. Es por ello que es incorrecto pensar que los ejercicios de resistencia aumentarán la fuerza de nuestros músculos, o que andar en bicicleta incrementa nuestra resistencia para correr. Para alcanzar objetivos puntuales, hay que adecuar los ejercicios para conseguir efectos específicos.
Otro de los principios es la individualidad. No existen recetas o trucos universales. Que la actividad física sea saludable, no quiere decir que cualquier ejercicio, hecho de cualquier manera, sea bueno para todos. Cada instructor, más allá de tratarse o no de un ''personal trainer'', debe elaborar una rutina individual, tomando en cuenta los objetivos y características de cada persona.
¿Cuáles son los errores más frecuentes que se dan en gimnasios y cómo deben
evitarse?
Uno de los errores más frecuentes es el uso indiscriminado de las cargas en las máquinas. Muchos jóvenes
se empeñan en conseguir resultados a corto plazo y para ello utilizan grandes pesos, ignorando el daño que pueden ocasionar a sus músculos y articulaciones si no se realizan los ejercicio con una correcta técnica. Para evitar este tipo de lesiones, es importante que las primeras 2-4 semanas sean destinadas al aprendizaje del uso de las máquinas y a las técnicas de ejecución de los ejercicios. Otro error frecuente es el sobre-entrenamiento. En nuestro medio son muy pocas personas que van al gimnasio todo el año de forma disciplinada. La mayoría de centros y gimnasios se llenan en verano, con el objetivo de bajar de peso o ponerse en forma, exigiéndose demasiado y exponiendo su salud con ejercicios demasiado intensos a los que el organismo no se encuentra adaptado. Para evitar este fenómeno, los instructores deben instruir a sus clientes y alumnos y diseñar el entrenamiento de forma progresiva, de manera que el cuerpo se vaya acomodando poco a poco a ejercicios e intensidades mayores.
¿Cuáles son los errores más comunes en las dietas y que atentan contra la salud?
La mayoría de las personas cuando quieren bajar de peso, acuden a las famosas dietas hipocalóricas, caracterizadas por largos periodos de ayuno y privación de todo tipo de alimentos, especialmente carbohidratos y grasas. El problema es que en el afán de perder peso de esta manera, el cuerpo no sólo pierde grasa, sino también tejido muscular, siendo que este último es el encargado de utilizar la mayor cantidad de azúcares y grasas de nuestro cuerpo.
Es por ello que se da el famoso ''efecto rebote'', porque al perder músculos con este tipo de dietas, nuestro organismo pierde también la capacidad de utilizar las grasas como fuente de energía, además de privar al cuerpo de nutrientes esenciales.
¿Cuáles son los mitos más comunes para bajar de peso o para aumentar la masa muscular?
En el campo de la actividad física existen muchos mitos e información difundida a través de los medios, con escasa o nula evidencia científica. Muchos de ellos se extienden gracias al extenso mercado que gira alrededor del fitness y el deporte. Pastillas e infusiones para adelgazar, tecnología que trabaja por nosotros sin hacer ningún esfuerzo para perder peso o ''tonificar'' los músculos: todos un engaño. No existe píldora ni aparato que consiga los beneficios del ejercicio hecho con esfuerzo y constancia. Por otro lado, sí se ha comprobado que los suplementos proteicos colaboran a los procesos implicados en el crecimiento muscular, pero esto no quiere decir que los batidos harán el trabajo por nosotros. Una correcta suplementación, supervisada por un profesional (del área de la nutrición, no del marketing) acompañada por un adecuado entrenamiento de la fuerza, puede provocar los resultados deseados.
¿Cuál es la importancia de la alimentación y de hacer ejercicio?
Nuestro cuerpo fue diseñado para el movimiento. Incluso muchas de las enfermedades que padecemos son producto del mal funcionamiento de nuestros órganos debido al escaso movimiento que tenemos en la sociedad moderna. El hombre, hace millones de años, estaba capacitado para correr decenas de kilómetros al día en busca de alimentos. Su vida se resumía en dos elementos: comer y correr. Comer para correr y correr para comer. Hoy nosotros nos dedicamos solamente a comer, mientras nos movemos muy poco o casi nada. Si queremos gozar de una buena salud debemos movernos, ejercitarnos y comer de una manera saludable; evitar las comidas chatarras y aprovechar los nutrientes que tienen los alimentos naturales. De esta manera podemos proteger nuestra salud y la de las próximas generaciones, evitando que las plagas de la obesidad y las enfermedades crónicas sigan avanzando.
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