jueves, 16 de enero de 2014

¿Tres horas en el gimnasio? Mmm...

De la misma manera que a muchos les significa un enorme esfuerzo empezar a realizar un poco de ejercicio físico, sorprende cómo otros pueden pasar horas en el gimnasio haciendo todas las disciplinas que estos ofrecen, con tal de acumular horas de actividad aunque sea durante una época del año. A pesar de que algunas recetas mágicas prometen dejarnos en forma con tan solo cinco minutos de ejercicio al día, existe una creencia muy extendida de que mientras más prolongado sea el ejercicio, mejores serán los resultados. Si alguien me dice que pasa tres horas en el gimnasio y me pregunta si eso está bien, antes prefiero hacer algunas aclaraciones. Primero que nada, a esas tres horas habrá que restarle el tiempo perdido en pausas sociales y ejercicio para pulgares en el celular. Luego habrá que ver qué tipo de ejercicio y sobre todo, la intensidad con que se ha realizado el trabajo. Esto que parece tan obvio es algo que muchos practicantes e instructores ignoran, enfocándose solamente en la duración de la actividad. La intensidad es un porcentaje de la capacidad máxima de una persona para realizar un ejercicio y debe ser prescrita de acuerdo a las características personales y los objetivos que se quieren alcanzar. Esto se debe a que los efectos que el entrenamiento produce en el organismo son muy sensibles a la duración, la intensidad, el peso de las cargas e incluso la duración de las pausas. Aunque usted crea que el orden de los factores no altera el producto, no es lo mismo realizar un ejercicio continuo de larga duración pero de muy baja intensidad, que esfuerzos repetitivos muy cortos pero que exijan su máxima capacidad. Estos detalles son de suma importancia a la hora de planificar un entrenamiento efectivo y seguro.

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.  

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