viernes, 21 de marzo de 2014

¿El huevo o la gallina?

Hace unos días me detuve a mirar la llamativa etiqueta de una caja de huevos que anunciaba con letras grandes "Reducidos en colesterol''. Esto me llevó a repasar los componentes del huevo y sus beneficios, pero también algunas recomendaciones que suelen hacerse respecto de su consumo. Habrá escuchado que no es conveniente comer más de tres huevos a la semana debido a que podría elevar los niveles de colesterol en la sangre. La Asociación Americana del Corazón (AHA) declaró en el año 2000 que el colesterol procedente de los huevos no supone un riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares y aconseja la toma de un huevo al día, en lugar de la recomendación previa equivalente a menos de la mitad. Usted se preguntará por qué el colesterol se ha ganado tan mala fama, al punto de atacar al huevo, un alimento tan beneficioso para la salud y la nutrición. No todo el colesterol es dañino y es necesario saber qué fuentes alimenticias son más convenientes. Las principales responsables del aumento del colesterol en la sangre son las grasas saturadas y las grasas "trans" que tanto nos gusta consumir en forma de papas fritas, grasa animal, pastelería y toda la comida chatarra. El colesterol del huevo, por el contrario, no ha demostrado tener un impacto negativo en el perfil lipídico, además de ser una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico. Me temo que nuestros amigos del marketing nutricional han cometido un error al reducir el colesterol de los huevos y nuestros queridos consumidores a veces prefieren privarse del huevo y no tienen remordimiento al hincarle el diente a un brilloso y resplandeciente pollo a la broasted.

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. 

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