viernes, 30 de mayo de 2014

La ciencia y nuestra salud

Desde que los avances de la ciencia llegan más rápido a nuestros oídos, también aumenta nuestra curiosidad por saber y, en este sentido, resulta que el cuerpo humano es aquel gran misterio que la medicina se encarga de sacar a la luz. A todos en algún momento nos carcome la duda de cómo estará nuestra salud en los próximos años y rogamos que no nos afecte alguna enfermedad mortal, porque vaya a saber qué nos depara nuestra genética. Hoy en día usted puede acceder a un estudio genético que determina el nivel de riesgo que posee para ciertas enfermedades como la diabetes y cardiopatías. Usted dirá que es una maravilla – que de hecho lo es-, pero existen medios básicos y accesibles para obtener información similar. Además, hay algo que no podemos ignorar: las enfermedades más prevalentes están más relacionadas con el estilo de vida.  Un estudio interesante al respecto comprobó que el ejercicio físico beneficiaba más a aquéllos genéticamente predispuestos a la obesidad que al grupo sedentario sin predisposición genética. Este estudio cuestiona la visión determinista con que se interpretan los estudios genéticos y la gran importancia de los cambios en el estilo de vida. Son más de 200 los factores de riesgo cardiovascular modificables: cigarrillo, sobrepeso, sedentarismo, perímetro de cintura, alteración de los niveles de colesterol, glucemia, triglicéridos y demás datos que un estudio de sangre nos brinda. Con solo salir del sedentarismo y dejar el cigarrillo disminuimos el riesgo cardiovascular hasta un 80%, sin mencionar que el ejercicio y la buena alimentación modifican los demás factores. Creo que el problema ya no pasa por el conocimiento, sino más bien con la falta de sabiduría y criterio para utilizarlo a nuestro favor.

Artículo publicado e
n el Diario EL SOL
Sa
nta Cruz de la Sierra, Bolivia. 

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