martes, 10 de junio de 2014

Las personas mayores necesitan hacer fuerza

Una de las áreas estudiadas dentro de las ciencias del ejercicio físico que está teniendo mucho desarrollo en la actualidad es la de los adultos mayores. El Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) junto con la Asociación Americana del Corazón (AHA) publicaron en 2011 la guía de prescripción de ejercicio físico para los adultos mayores donde se fundamenta científicamente los beneficios y recomendaciones del entrenamiento físico en esta población. Lo que más llama la atención, sobre todo a aquellas personas que con mucho prejuicio se mantienen lejos de los ejercicios de fuerza, es que esta guía aclara perfectamente que no solo se debería desarrollar la fuerza en los adultos, sino que se debe  trabajar esta capacidad porque no solamente se relaciona con la salud física, sino también con la capacidad funcional para realizar tareas de la vida cotidiana. Cada persona posee, según su condición muscular, una capacidad máxima de fuerza. Se ha evidenciado que al llegar a los 70 años poseemos hasta un 70% menos de la fuerza máxima que teníamos a los 30 años. Pongamos un ejemplo de lo que esto puede significar en la vida diaria. Agacharnos, cargar las bolsas, mover un mueble, representa aproximadamente el 20% de nuestra fuerza máxima, es decir que no requerimos de mucho esfuerzo. El problema es que para una persona mayor de 50 años, sedentaria y con pérdida de masa muscular, el esfuerzo para su vida diaria es muy cercano a su fuerza máxima, por eso se fatiga, se cansa y tiene más probabilidades de caer. Está comprobado que en 10 semanas de entrenamiento de la fuerza, adaptado a cada individuo, ya se observan aumentos de la capacidad máxima. Lo más destacable es la adherencia a la actividad que se logra cuando el ejercicio físico impacta no solo en su salud, sino en la calidad de vida.

Artículo publicado e
n el Diario EL SOL
Sa
nta Cruz de la Sierra, Bolivia. 

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