viernes, 16 de mayo de 2014

La salud que se pierde en la niñez

Las enfermedades crónicas constituyen un problema grave a nivel mundial y si bien es indispensable abordarlas mediante un tratamiento integral que pueda revertir la situación de los pacientes y mejorar su calidad de vida, es más importante aplicar medidas preventivas con la población en general, específicamente en la primera etapa de la vida, la niñez.

Estadísticamente es más probable que un niño sedentario lo sea también cuando llegue a adulto y que por esta razón aumente el riesgo de desarrollar alguna enfermedad asociada a esta condición y a otros malos hábitos también adquiridos en la niñez. Si bien esto no es tan novedoso, lo que quizás le resulte alarmante es que los factores de riesgo asociados a las enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad, se desarrollan en la niñez.

La arterioesclerosis u obstrucción de las arterias,  que normalmente asociamos a personas mayores de 50 años, empieza de forma asintomática entre los nueve y once años. Estudios han llegado a observar en niños sedentarios y con mala alimentación, arterias comparables a las de personas de 40 años. Esto obliga a pensar, tanto a padres como a educadores, en qué estamos haciendo respecto a la enseñanza de hábitos saludables como la práctica regular de ejercicio físico y la buena alimentación.
Se ha comprobado que un gasto de 1.500 calorías a la semana puede revertir el proceso de obstrucción de las arterias, sin embargo los niños se mueven cada vez menos y los padres prefieren darles gusto con hamburguesas y pollo frito en vez de aprovechar esta etapa tan receptiva para consolidar buenos hábitos. Séneca lo dijo en pocas palabras: ‘’Mejor es la salud que nunca se perdió’’, pero al parecer a algunos les gusta tanto las papas, que hasta las prefieren quemadas.

Artículo publicado e
n el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. 

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