viernes, 18 de julio de 2014

¿Qué tipo de ejercicios debo hacer?

Una de las preguntas más frecuentes entre las personas que se deciden iniciar una actividad física es qué modalidad, qué gimnasio o qué moda seguir; cuál de ellas me conviene o se adapta mejor a mis necesidades. En estos casos, más allá de mi rol como especialista en ejercicio físico y entrenamiento, prefiero apelar a la enseñanza y la adecuada información. El problema de esta profesión es que algunas formas o métodos de entrenamiento pasan de servir para todo a no servir para nada. Vemos con frecuencia que métodos que ayer eran “milagrosos” y que hacían maravillas, hoy son cuestionados y las masas se inclinan por el último “gran secreto”. Sin embargo, antes de tachar algo de erróneo o beneficioso, incluso antes de mirar qué elementos o materiales se utilizan o la forma de organización de las sesiones, es necesario preguntarnos, ¿esto es bueno para qué y para quién? Lo más importante antes de elegir los medios de entrenamiento es la definición clara de los objetivos, siempre en relación a una persona en particular, que seguro tendrá ciertas expectativas y a quien es necesario guiar para encontrar aquellas que mejor se ajusten a sus necesidades. Cuando los objetivos están claros, es cuando se buscan los medios para lograrlos, a mediano y a largo plazo, sabiendo que los efectos del entrenamiento están supeditados a determinados tiempos de manifestación. El ejercicio en sí mismo es solo un medio que el profesor puede manipular a su antojo, a fin de ajustarlo a los efectos que quiere desencadenar en el organismo, aquellos que garantizan el alcance de los objetivos finales. Un método puede ser muy efectivo para lograr determinadas metas, pero puede ser un total fracaso para el alcance de otras.

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

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