jueves, 9 de abril de 2015

Ejercicio físico y quimioterapia

El ejercicio físico ha demostrado ser un agente protector de múltiples enfermedades crónicas, incluido el cáncer. En relación a este último, la protección que ofrece el ejercicio está vinculada a los efectos positivos sobre el sistema inmunológico y otros factores fisiológicos. Está bastante estudiado lo que refiere al área de prevención del cáncer por medio del ejercicio, pero en los últimos años - dada su prevalencia-,  se ha profundizado en los efectos favorables en víctimas del cáncer. La quimioterapia trae consigo algunos efectos físicos colaterales entre los que se hallan principalmente la debilidad muscular, por causa  de una importante pérdida y atrofia de tejido muscular que este tratamiento provoca.  Además de ello se observan casos de disfunción cardiaca y pulmonar. De más está remarcar que la calidad de vida de los pacientes es un factor clave a tener en cuenta en los tratamientos, ya que la misma enfermedad y los efectos físicos y psicológicos que acarrea el tratamiento, elevan el riesgo de cuadros depresivos y ansiedad. En cuanto a la pérdida de masa muscular provocada por la quimioterapia, el ejercicio físico demuestra sinnúmero de beneficios, no solo a nivel de la salud del propio tejido, sino en la calidad de vida de las personas, ya que tener fuerza implica mejoras en la salud biológica y está relacionada al "poder hacer", a la independencia y la confianza en sí mismo para hacer las tareas cotidianas o actividades que el paciente disfruta y muchas veces se ve privado por falta de fuerza. El ejercicio no ha demostrado ser "la cura" del cáncer, pero su inclusión en el tratamiento es de suma importancia si queremos dar o devolver calidad de vida a los años de los pacientes.

Artículo publicado e
n el Diario EL SOL
Sa
nta Cruz de la Sierra, Bolivia. 

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