sábado, 9 de mayo de 2015

Conceptos del siglo pasado y más viejos

Hace unos días leí un artículo de un excelente biólogo y nutricionista que se encarga de desenmascarar a la industria que promete milagros con dietas de dudoso o nulo fundamento científico. Por suerte en algunos países las dietas milagro y suplementos adelgazantes están sufriendo una rigurosa supervisión y legislación.

Pero al margen de la industria habría que ver cómo están manejando la obesidad aquellos sectores que juegan un papel fundamental en el tratamiento de esta pandemia. Me refiero a la medicina, la nutrición y los profesionales del ejercicio físico. Me temo que en el sector de salud – donde el negocio no es el caso, o al menos eso espero - el problema es un evidente atraso en el conocimiento científico actual. Me atrevo a decir esto por el simple hecho de que seguimos utilizando conceptos y herramientas que quedan en total descontexto con la ciencia de este siglo. Me refiero, por citar un ejemplo, al empecinado uso del índice de masa corporal (IMC), que relaciona el peso y la talla para clasificarnos dentro de tablas de peso normal, sobrepeso y obesidad. Veamos qué dice la ciencia actual. Un estudio paradigmático que siguió a 2316 hombres durante 16 años, los dividió según su IMC y grado de entrenamiento para evaluar el riesgo de mortalidad en función de estas variables. Este estudio demostró algo sorprendente: los obesos entrenados tienen menos de la mitad de riesgo que los normopesos desentrenados. Este estudio no solo demuestra el rol determinante de la condición física, sino que alerta al sector de salud a desechar o usar con mayor criterio conceptos del siglo pasado. Por eso un escritor americano dice que los analfabetos de este siglo no serán los que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender. 


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