lunes, 15 de junio de 2015

Ejercicio y ciclo menstrual

A pesar de las fluctuaciones en el humor y el comportamiento que le podamos culpar, el ciclo menstrual puede ser muy bien utilizado como una herramienta para organizar y optimizar el entrenamiento físico y/o deportivo de atletas femeninas o aquellas que hacen ejercicio por su salud. El ciclo menstrual –más allá de sus implicancias específicamente reproductivas- se caracteriza por cambios y fluctuaciones hormonales bien definidas. Conocer qué efectos tienen estas variaciones sobre tu rendimiento físico puede ser muy beneficioso. Durante la fase premenstrual y menstrual los niveles hormonales son muy bajos, por eso debes evitar incluir trabajos de alto nivel técnico y coordinativo, ya que podrías estar más expuesta a lesiones. Si el dolor no te lo impide, puedes dedicar este tiempo a trabajos sencillos de poca exigencia física, como los ejercicios correctivos o posturales e ir incrementando tanto en volumen como intensidad progresivamente hasta llegada la ovulación y la fase lútea (días 14 a 20). En esta fase los niveles de testosterona, hormona del crecimiento y estrógenos son altísimos, ambiente hormonal que se presta muy bien para los trabajos de fuerza de alta intensidad pero poco volumen. Puedes incluir trabajos que involucren grandes grupos musculares, levantamientos olímpicos o aquellos ejercicios que más te desafíen, ya que algunos estudios han observado que en esta fase se manifiestan los picos máximos de fuerza. Finalmente, hacia los últimos días del ciclo (día 20-25,) cuando los estrógenos se mantienen y la progesterona se eleva, prioriza las actividades de moderada intensidad y mayor duración como los ejercicios aeróbicos.

Artículo publicado en el Diario EL SOL
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

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